LOS KURGANES
La lingüista, antropóloga y arqueóloga lituana Marija Gimbutas investigó el origen y la expansión de las lenguas indoeuropeas a partir de culturas que ocupaban extensas zonas de las “estepas pónticas” de las actuales Ucrania y Rusia, al norte del Mar Negro. Para Gimbutas, esta zona era la cuna, el “Urheimat” indoeuropeo. Allí, las culturas que formarían el complejo kurgán se iniciaron durante el Neolítico en la cría y la domesticación del caballo y el perro para después expandirse hacia el oeste y arrasar a las culturas de “la Vieja Europa” de la Edad del Bronce, que habían iniciado pacíficamente el desarrollo de la agricultura en Europa saltando desde Anatolia y siguiendo la franja europea del loes al ritmo que les permitía avanzar en su rudimentaria agricultura de roza.
Pero, Gimbutas tuvo que interrumpir sus estudios debido a la invasión rusa de Lituania durante la Segunda Guerra Mundial, y los continuó una vez que se nacionalizó estadounidense tras conocer de primera mano los efectos del comunismo en su país. A través del parentesco de las lenguas indoeuropeas (de las que descienden las actuales de Europa y gran parte de todo el mundo); de los ajuares funerarios indoeuropeos en los montículos denominados kurganes; y de los restos óseos de poblaciones pacíficas de la zona de los Balcanes perforados por sus armas, dedujo “La Hipótesis de los kurganes”, intentando demostrar que la expansión indoeuropea desde las estepas fue guerrera, devastadora de las culturas que encontró a su paso que, procedentes de la evolución de culturas aparecidas al final del Paleolítico y la retirada del hielo, conservaban tradiciones ideológicas matriarcales como la adoración a “la gran diosa”, como demostraban los miles de estatuillas halladas en sus excavaciones.
El resultado fue que las culturas matriarcales de la Europa inicial fueron arrasadas por un conglomerado cultural patriarcal y cruel que marcaría el futuro: los indoeuropeos. Nuestra autora resultó tan influida por sus hallazgos que pasó a integrarse en la lucha de los movimientos de defensa del feminismo y el pacifismo actual en Norteamérica.
Tras aculturizar las zonas de su entorno, el conglomerado kurgán salió de las estepas en dirección este hasta dominar a las culturas danubianas especializadas en la metalurgia, como la de Cucuteni y otras, a cambio quizás de los productos secundarios de su ganadería, para luego caer de golpe sobre el entorno balcánico. Pero, pensamos, ¿qué determinó su agresividad? ¿por qué pasaron desde el IV milenio a. C. aproximadamente de ser culturas pastoriles a guerreras y a traer a la incipiente Europa el dominio del hombre, el patriarcado?
El arqueólogo y antropólogo británico A. Colin Renfrew propuso un Urheimat proto-indoeuropeo en Anatolia anterior en 2000 años a la propuesta de Gimbutas. Desde allí, los indoeuropeos habrían difundido pacíficamente sus lenguas y habrían difundido la revolución agropecuaria del Neolítico, oponiéndose a la hipótesis de Gimbutas. A. G. Sherratt, arqueólogo y antropólogo, también publicó su obra acerca de la “revolución de los productos secundarios” en este ambiente investigador de muy avanzado el siglo XX, demostrando la revolución causada por el paso de la economía de subsistencia a la de excedente al aprovechar los productos o derivados de la domesticación de los animales y de la agricultura extensiva.
Pero, se dieron muchas propuestas sobre el Urheimat indoeuropeo y, entre otros, el lingüista y arqueólogo alemán Gustaf Cossinna, propuso “el Urheimat indoeuropeo báltico” a partir de culturas como la Cerámica Cordada. Allí habría aparecido una raza superior, la raza aria que, en sucesivas migraciones, portando su esvástica (símbolo que tomaría el nazismo), habían colonizado Europa. Así habían nacido los pueblos germánicos e indoeuropeos y así influyó en el nazismo…, y en sus consecuencias para la Europa de medido el siglo XX.
El mitólogo y filólogo francés George Dumézil estudió la denominada “trifuncionalidad indoeuropea” contenida en sus mitos. En su obra: “Los dioses soberanos de los indoeuropeos” (1985) propone que estos desarrollaron una sociedad basada en tres castas, tres estamentos sociales, donde cada uno tenía su función específica. Esta trifuncionalidad, estudiada ya antes por varios autores, llego a Europa, como la ideología patriarcal indoeuropea, y recorrió toda la Edad Media con su esquema de estratificación social de los “Ordines medievales”: (oratores) los que rezan, (bellatores) los que combaten, y (laboratores) los que trabajan. Una etapa que merece la pena estudiar con detenimiento y un esquema en el que, con diferencias y matices, paree que todavía continuamos, a pesar de haber superado el modo de producción feudal.
Al final se imponía la hipótesis de M. Gimbutas y así lo reconocía Renfrew en lo referente a las migraciones de las lenguas y el salvajismo indoeuropeo. En noviembre de 2017 Renfrew dio una conferencia en la Universidad de Chicago en homenaje a Gimbutas después de haber estado durante más de cuarenta años enfrentados con sus hipótesis. En ella reconocía la validez de la propuesta de la expansión de las lenguas indoeuropeas a partir del Urheimat de las Estepas pónticas propuesto por Gimbutas a través de invasiones kurganes desde el tercer milenio a. C.: “Creo que la hipótesis de los kurganes de Marija Gimbutas ha sido magníficamente vindicada”.
Hoy la barbarie vuelve a estallar en las estepas pónticas. ¿Se trata del inicio de una nueva expansión kurgán? Humberto Maturana, recientemente fallecido, decía: “Yo pienso y propongo que la cultura patriarcal se originó fuera de Europa, en el Asia Central, al surgir el pastoreo y el concepto de apropiación. Esto produjo la lucha contra el lobo, pues este animal necesitaba para sobrevivir los animales migratorios de los que también dependía el hombre. Y así aparece la primera dinámica que dio origen a esta enemistad. Más tarde, el enemigo ya no era el lobo, sino cualquier otro, al que se excluirá para apropiarse de algo. De esta forma, en la defensa del ganado se cambiaron las emociones. Se perdió toda la confianza en la dinámica de lo natural y se comenzó a vivir del miedo y del control”.
Al menos, ya tenemos una respuesta acerca de qué despertó la agresividad.
Alfredo Martín Antona
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- Escrito por Alfredo Martin