Revolución Francesa
- Escrito por Rubén López
- Publicado en Actualidad
Los Rothschild, el clan más poderoso del ámbito banquero, financió a Napoleón, es decir, la Revolución Francesa. El mismo círculo de poder, que hizo lo propio con Marx y la Revolución de octubre del 17. Pero lejos de ser ambos acontecimientos una revuelta de la clase popular, fue en su origen una obra masónica, cuyo propósito no fue otro que el de imponer un Nuevo Orden Mundial.
La guillotina y el terror se unieron al genocidio de La Vendée, región donde más de cien mil campesinos humildes fueron en Francia asesinados por los revolucionarios, por el solo hecho de ser cristianos. Si en territorio galo corrió la sangre, no fue comparable con el estudio recopilado en “El libro negro del comunismo”, que cifra en unos cien millones de muertos los ejecutados por Stalin, Pol Pot (quien asesinaba a su población por el crimen de usar gafas), Mao, etc.
La Revolución Francesa, no fue una obra del pasado, es el presente. La “Educación para la ciudadanía”, la eliminación de la clase de religión, la ideología de género, el matrimonio igualitario, la persecución católica, el Valle de los Caídos, la eutanasia, el aborto, la alianza de civilizaciones, etc., no son sino el corte masónico financiado por el poder real, que continua su obra de implantar un gobierno único dirigido por una “élite” que lejos de pretender liberar al pueblo llano, pretende someterlo a sus designios.
Rubén López